Capítulo 62: Interludio: Asamblea de los Reyes Hechiceros -Parte 2-
Con la intención de llevar a cabo una reunión bajo el nombre de asamblea, los cuatro Reyes Hechiceros fueron congregados en el Reino Mágico de Rizzeta.
Volga=Kuraga, «El Rey Hechicero de la Prisión de Llamas».
Terret=Seeker, «El Rey Hechicero de la Alquimia».
Cristina=Teaser, «La Reyna Hechicera de la Hechicería».
Diebold=Ractos, «El Rey Hechicero del Crepúsculo».
Veremos a continuación el contenido de la reunión comprendida por estas personas distinguidas.
—¡Perfecto, tengamos un duelo ahora mismo! ¡Hoy ganaré sin duda! —declaró Volga.
—Jaja, eres todo un adepto a las refriegas. Aunque sea un mero juego de niños, incluso si el resto lo considera así, sobrepasar el límite propio, experimentar esa sed de victoria, es precisamente lo que este anhela. Enfrentémonos en este campo de batalla miniatura.
—Diebold-sama dijo: «Ooh, qué bien, acepto» —Tradujo Rinna.
—Jaja, recién llegas y esto es lo primero que haces. Estoy perplejo de que puedan jugar varias horas seguidas sin cansarse de ese juego de mesa. Simplemente no puedo entenderlos —dijo Terret.
—Diebold. ¿Trajiste eso contigo? ¡Me refiero al té verde de ese país exótico! Si tienes, dame todo lo que tengas. No aceptaré un no como respuesta —Exigió Christina.
No hablaron sobre los avances más recientes de la magia para nada.
Uno retó a una partida de un juego de mesa. Otro acepto dicho reto. Uno más bebía su té y hacía comentarios fríos. Mientras que la restante pedía cosas de manera grosera.
Si alguien oía esta conversación, no pensaría que se tratara de una asamblea entre aquellos que habían alcanzado el pináculo de la hechicería.
Tampoco es que estuvieron llevando las cosas con calma o alguna excusa similar. Ellos… Los Reyes Hechiceros, eran las personas en la cima de la hechicería. Como ya habían alcanzado el éxito, al punto de llegar a la perfección, no tenían otra cosa que hacer más que tener este tipo de conversaciones triviales.
Si se hubiera tratado de una asamblea atendida por los líderes de las Academias de Magia de varios países, entonces sin duda alguna su tema de conversación se habría centrado únicamente en la magia. Eso se debía a que el trabajo de esos líderes era contribuir, investigar y desarrollar el campo de la magia.
No obstante, los Reyes Hechiceros eran personas que ya habían finalizado todos esos aspectos. Habiendo contribuido más que suficiente al campo de la magia, no se reunirían solo para robar el trabajo de sus sucesores.
Por esa razón, no debes considerar esto como una asamblea de ancianos aburridos. Aun si en realidad eran ancianos aburridos.
—¡Presta atención, Diebold! ¡No debes cambiar tu agenda como se te dé la gana! ¡Aunque no estoy tan ocupada como tú, tengo una agenda apretada, sabes! —Se quejó Christina.
Mientras charlaban amistosamente entre ellos, Christina de súbito comenzó a quejarse con Diebold. Específicamente sobre algo que sucedió hace un tiempo, cuando Diebold regresó a su tierra natal, Azolias, sin previo aviso; lo cual provocó que la agenda de Christina se desorganizara.
—Sin duda, no hay otras palabras que pueda expresar más que de arrepentimiento. El nieto de este, y quien heredó el camino de la hechicería, dentro de poco hará un juramento con otro ser igual a él para continuar con el legado. Por ende, no había otra opción más que tomar, espero contar con su consentimiento.
—Diebold-sama dijo: «Aah, perdón, perdón, pero mi nieto tuvo una entrevista de matrimonio. Así que no lo pude evitar, ustedes también lo entienden, ¿verdad?
Diebold se disculpó y explicó su motivo con una expresión que no mostraba ni una pizca de remordimiento… Tal y como dijo Diebold… Bueno, si somos precisos, fue Rinna quien lo dijo. El punto es que Diebold regresó debido a la entrevista de matrimonio y al compromiso de su nieto, Jake=Ractos.
Al oír eso, Volga quien contemplaba el tablero del juego con una expresión sombría, alzó la mirada y dijo feliz:
—¡Oh, ¿qué has dicho, Crepúsculo?! Así que tu nieto por fin se casara también, ¿eh? ¡Eso significa que pronto tendrás bisnietos, ¿verdad?! ¡Los bisnietos son geniales, sabes! ¡Tienen una lindura diferente a la de un nieto, sabes! ¡Y si tienen un atributo mágico es aún mejor!
Luego Volga habló sin parar sobre los beneficios de los bisnietos a Diebold. Se había inclinado hacia el frente, dando la impresión de estar a punto de alardear sobre su bisnieto. Entretanto, aprovechando la posición en la que se encontraba, hizo trampa y movió una pieza en secreto.
—Eeeh, para alguien como yo que solo tiene nietos pequeños, suena como una historia inimaginable, eh —Terret que había estado bebiendo su té en silencio, también fue atraído por la conversación.
Siendo el más joven entre sus colegas, apenas hace unos años atrás tuvo a su primer nieto, por consiguiente todavía no podía comprender del todo el tema de conversación. Sin embargo, al pensar en los bisnietos que algún día nacerían en su familia, de alguna forma sintió una felicidad inexplicable.
—Fufufu, todavía es prematuro para ti. Aunque el tiempo llegará en su momento, solo que no por ahora. A pesar de eso, nadie es consciente de la forma de contener la esperanza creciente que nace en el corazón de uno. Así es la naturaleza humana —Sin aparentar haber notado la acción ladina que Volga había hecho, Diebold prosiguió a mover su pieza mientras continuaba el flujo de la conversación—. Después de la época de la guerra que debería ser olvidada, llegó la época en que este todavía no tenía ningún sucesor a su sangre. Aunque no contenía la emoción anhelante por el futuro que ahora muestro, la exaltación que poseo a este día, ninguno otro de los grandes logros por los que ha pasado el cuerpo de este puede superar el sentimiento exorbitante del pasado.
Coincidiendo con el final de su turno, Diebold terminó su discurso. Después hizo una expresión que gritaba «Dije algo profundo», mientras descansaba el mentón sobre sus manos entrelazadas. En pocas palabras, tenía una mirada triunfante.
—Ajajaja, con que así es. ¡Aunque no entendí ni una mierda de lo que dijiste! —declaró Volga.
Era bastante evidente, pero sin traducción, nadie comprendía las palabras de Diebold. Ni siquiera Volga, quien lo conocía desde la Gran Guerra podía entenderlo. Por consiguiente, Diebold hizo contacto visual con Rinna, quien era su asistente y traductora, para que hiciera su trabajo.
Sin embargo, Rinna permaneció en silencio y no dio señales de que hablaría pronto.
—Oye, vamos Invierno. ¿No traducirás para nosotros?… ¿Por qué estas callada? —preguntó Volga en un tono perplejo.
Pese a eso, Rinna mantuvo su silencio.
—Uum, ¿por qué estas dejando salir tu poder mágico? Por favor detente, hace frío. ¡Sé más amable con las personas mayores! —Terret reaccionó ante la repentina disminución en la temperatura y enseguida descubrió la fuente.
Un poder mágico rebosante del atributo mágico de Rinna estaba emergiendo de su cuerpo.
—Solo te consideras un anciano cuando la situación lo amerita, eh, Terret… Fuera de bromas, ¿qué pasa, Rinna? Tienes una cara muy sombría, si tienes una expresión como esa, ningún hombre tendrá las agallas de acercarse a ti, sabes —comentó Christina.
Sin antes insultar un poco a Terret, Christina le preguntó a Rinna medio en broma sobre la situación anormal de su cuerpo.
Por desgracia, esa broma no fue una elección sabia de su parte.
Rinna, quien había estado guardando silencio desde hace un rato, finalmente abrió la boca.
—¡Maldita sea, qué ruidosos son!
Rinna=Veil. Era la asistente del «Rey Hechicero del Crespúsculo», Diebold=Ractos. Así como la hermana biológica de su nuera. También era conocida como «La bruja invernal» y una candidata para ser la próxima Reyna Hechicera.
Claro está, si tomamos en cuenta la forma en cómo se dirigieron a ella durante la conversación pasada, los actuales Reyes Hechiceros la conocían muy bien. Incluso era común hacer bromas entre ellos.
Pero, ni una sola vez Rinna había dicho algo como «Maldita sea, qué ruidosos son» a cualquiera de ellos.
—Ri-Rinna, eh, este fue incapaz de juzgar tus sentimientos más profundos. Aun así, un acto como ese para aquellos que han alcanzado la edad de la sabiduría y que además son reyes que recorrieron el camino de la hechicería es descortés…
—De no detenerse el argot del Crepúsculo, el abismo será lo único que restará.
—El silencio es mi amigo.
Aunque se veía nervioso, Diebold trató de reprender a Rinna con un comentario sincero. Y como de costumbre, ella lo detuvo con su usual «Te callas o te mato».
Diebold indudablemente tenía un mayor rango que el de Rinna, pero eso y esto eran temas diferentes. Algo aterrador (una Rinna furiosa) daría miedo sin importar qué, y el héroe de la guerra no era una excepción a esta regla.
De hecho, el miedo que sintió justo ahora, hizo que recordara cuando tuvo que entrar al nido de un dragón debido a una treta de otro país.
Mientras observaba a Diebold, quien se encontraba reviviendo su trauma, Rinna se dirigió a los otros Reyes Hechiceros claramente molesta.
—Me parece que todos ustedes, Reyes Hechiceros, se están divirtiendo pese a la falta de consideración sobre ese tema. Es bastante desagradable que hablen felizmente sobre nietos o bisnietos o lo que sea, ¿no lo creen?
Los músculos faciales de Rinna se veían tan tensos que parecía que estaban a punto de romperse. Diebold se enderezó sin emitir ningún ruido. Encima de eso, todos los presentes, incluidos: Volga, Terret, Christina y sus respectivos asistentes, se sintieron como ranas siendo acechadas por una serpiente gracias a la atmósfera inconcebible de Rinna.
—Tienes razón, aunque, realmente hace más frío. No entiendo por qué estallaste de súbito de esa forma, Invierno. Fue tan repentino que ni siquiera comprendo el motivo.
Era bien conocida que Rinna tenía un punto de ebullición menor comparado a las personas normales; pero jamás hubieran imaginado que llegaría a su límite tan rápido. Los Reyes Hechiceros solo podían susurrar entre ellos, preguntándose qué deberían hacer, mientras veían como Rinna seguía emitiendo aire frío de su cuerpo.
—Oh, ¿quizá ya entró a la menopausia como Christina-san? —Se aventuró a decir Terret.
—¡¿Quién demonios tiene menopausia?! ¡No digas sandeces como esas!
Las palabras groseras de Terret fluyeron de forma tan natural de su boca que uno pensaría que era un cabeza hueca por naturaleza, mientras que Christina alzó la voz para negar esa acusación. Rinna reaccionó a ese intercambio y añadió.
—¿Qué podrían estar susurrando tanto entre ustedes?… Oh, ¿será que ahora están hablando sobre sobrinos para burlarse de mí a mis espaldas, no es así? Y pensar que la asamblea de los Reyes Hechiceros, el pináculo de todos los hechiceros, solo lo usan para esparcir rumores, qué pasatiempo tan refinado tienen.
—No, no estábamos hablando de eso….
A medida que el complejo de persecución masoquista de Rinna se mostraba en su máximo esplendor, ella comenzó a culpar a los Reyes Hechiceros sin motivo aparente. Luego…
—¡¡Si tan solo me pudiera casar incluso yo tendría uno!! —gritó Rinna desde lo más profundo de su corazón.
Un grito que haría que el alma de quien lo escuchara temblara.
Por desgracia, tal parece que nadie de los presentes poseía simpatía por ese sentimiento.
Si tú lo dices, ¿no? Todos pensaron lo mismo.
—En primer lugar, la razón por la que no me puedo casar es…
Cuando Rinna estaba a punto de continuar con su discurso de celos y envidia sobre la felicidad de las otras personas en completo dolor, se escuchó un ruido de metal contra metal repetidamente dentro de la habitación. La fuente de dicho sonido era un objeto cúbico que parecía tener partes mágicas instaladas de manera compacta y de unos 15 cm de largo.
Se trataba de un objeto mágico que hacía posible la comunicación a larga distancia.
—Permítanme un momento.
Rinna se excusó y se alejó para tomar la llamada. Cuando el aire frío en la habitación se redujo considerablemente, de súbito alguien soltó un suspiro de alivio.
—Diga… Aah, ¿Liliana? ¿Sucede algo?
Al parecer la persona que la llamó fue su hermana menor, la esposa del hijo de Diebold=Ractos, Liliana=Ractos.
—Sí… ¿Uh? ¿Elsa se-? ¿Uh?
Ya que no podían escuchar lo que decía la persona que había llamado, no sabían cuál era el tema de conversación de Liliana y Rinna, pero sin duda fue algo que tocó profundamente el corazón de Rinna.
¿Qué cómo lo sabían? El aire frío que había estado circulando por la habitación, se volvió aún más frío que antes. Se podía percibir a primera vista que el vidrio de las ventanas se estaba empañando a una velocidad alarmante debido a la diferencia de temperatura.
—¡¡MALDITA SEAAAAAA!!
Debido al repentino grito, todos en la habitación se sobresaltaron y comenzaron a temblar. El objeto mágico de comunicación fue quien pagó la ira de Rinna y terminó aplastado por sus manos, luego lo lanzó al suelo y lo hizo añicos con sus pies.
Solo para su información, pero las únicas personas que podían poseer objetos mágicos de comunicación se limitaba a las personas con alto estatus social o instituciones públicas. Su valor era el mismo que la matrícula de tres años en la Academia de Magia para una persona.
—No solo Jake, hasta Elsa… ¡Maldición! ¡Maldita sea! ¡¡Uuuh, Uwaaaaaaaa!!
Rinna murmuró el nombre de sus sobrinos con una voz temblorosa al tiempo que aparecían lágrimas en las comisuras de sus ojos, hasta que finalmente cayó de rodillas y se puso a llorar a moco tendido.
Dejando de lado que se trataban de los nietos de su jefe, Diebold, los sobrinos de Rinna eran famosos en el buen y mal sentido. Por consiguiente, aun cuando los Reyes Hechiceros: Volga, Terret y Christina, nunca los habían conocido en persona, habían oído sobre ellos.
Fue entonces que se dieron cuenta de la impactante verdad. Esta lamentable hechicera, no solo había sido derrotada en la vida por su sobrino, sino también por su sobrina.
Los sollozos desgarradores de Rinna era lo único que se podía escuchar en la habitación.
Como esa escena era demasiada… Al punto que era insoportable seguir viéndola, Christina finalmente se acercó a Rinna y habló con ella.
—Aah, Rinna, creo que le das demasiada importancia al tema, sabes. Yo no tuve hijos, olvídate de nietos, por eso no puedo negar que siento un poco de celos y todos me dan algo de envidia. Pero eso no es lo único que importa en la vida. En pocas palabras, tienes que cambiar la forma en que piensas. Por eso, por favor no culpes a las personas o al mundo por esto.
La atmósfera usual de Christina, brusca y grosera, disminuyó un poco cuando habló. Dando la impresión de ser una madre afectuosa en su intento por persuadir a Rinna.
Al escuchar sus palabras, Rinna se tranquilizó un poco.
Aun cuando seguía sorbiendo por la nariz mientras lloriqueaba, el aire frío que envolvía a la habitación se dispersó, y la sed de sangre que haría que una persona normal se desmayara si la recibía directamente, desapareció.
Excluyendo a Diebold que seguía sumergido en su trauma, todas las personas soltaron un suspiro de alivio.
—Eeeh, Christina-sama… Eres la primera persona que me ha dicho algo así. Muchísimas gracias, ya me siento mejor… Como lo pensé, la única que me puede entender es Christina-sama, una mujer que también ha pasado por la misma situación que yo, ¿verdad?
Rinna dirigió una mirada de respeto así como de compañerismo hacia Christina.
Si hubiera terminado de esta forma, aunque no habría sido un final estilo “vivieron felices por siempre”, el problema habría terminado de manera pacífica.
No obstante, Christina fue incapaz de aceptar el sentimiento de compañerismo que Rinna sentía por ella por haber vivido las mismas circunstancias que ella.
—… En realidad no, solo fui fiel a mi fallecido esposo. Es molesto que me compares contigo, sabes.
—Tú… ¡TRAIDORAAAAA!
Y una vez más los vidrios de las ventanas se empañaron.
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Para los que querían ver la reacción de Rinna al descubrir que hasta Elsa se iba a casar, espero que haya cumplido sus expectativas este capítulo XD
Hoy será la posada de mi trabajo, necesito buenas vibras para ganarme cosas buenas en las rifas, sobre todo porque podría ganar 10 mil pesos. Si los gano, prometo traducir la novela que compre con ese dinero ᕦ(ò_óˇ)ᕤ
jajajajajaj como esperaba este momento, no decepciono xD (no era nesesario que la rematara con ese final u.u)
Eso si me dio penita cuando empezo a llorar.
Gracias por el capitulo.
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Sobretodo porque nadie se apiadó de ella, pobre todos se burlan pero nadie le presenta un hombre. ¿Es que no conocen las citas a ciegas? Y Christina, no era necesario esa última línea…
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Porque era que no pudo casarse?
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Al principio sí tenía un prometido pero aplazó la boda para dedicarse a su trabajo como asistente de Diebold. Después el prometido se cansó de esperarla y siguió con su vida, mientras que Rinna se concentró aun más en su carrera al punto de convertirse en la única traductora Diebold-español y sus logros en el campo de la magia espantaban a posibles candidatos. Encima de eso como siempre estaba junto a Diebold para traducir, nunca tuvo tiempo de conocer a un hombre o éstos no se acercaban por miedo a Diebold.
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Gracias por el capitulo… Mi primer comentario se perdió con mi conexión a internet, pero ya de regreso y aun mas tarde, espero que te haya ido bien en la rifa.
Pobre tia solterona, yo comparto su dolor.
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No me conseguí el primer lugar, pero sí el tercero y yo nunca le haga el feo a dinero gratis ;D Aunque todavía no me lo dan, por el momento estoy viendo que comprar
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Felicidades 🎈🎉🎊 espero que los reyes magos (tu) te traigan (te compres) lo que más quieras…
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Jajajajaja me recordaste la triste realidad de estas fechas para los adultos
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No todo es tristeza… creo que lo había comentado en una de tus publicaciones como uno de mis deseos, y ahora, sin importarme la mirada de mis familiares, en el hotel llevé una cena de solo postres y fue fantástico. Te lo recomiendo ampliamente si tienes la oportunidad…
En cuanto regrese me pongo al corriente nuevamente, veo que tendré mucho material disponible.
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Creo que debería comenzar a comportarme así, la vida es corta como para estarse cuidando todavía del que dirán, sobre todo cuando viene de personas no gratas
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