Capítulo 20: Lo diré claramente
—¡¡Lo siento muchísimo!!
La disculpa de todo corazón de Zen Hélix retumbó en el interior del establecimiento.
Como de costumbre, yo, el Primer Ministro, recibí un informe de mi espía, que seguía a Secretaria-dono cada vez que salía, declarando que «Uno de los caballeros está justo a la mitad de acusar al Secretario de algún cargo falso». Cuando llegué a ese lugar con una velocidad que excedía los límites humanos, el caballero que mencionó el espía ya tenía una mano sobre el mango de su espada y estaba a punto de desenvainarla.
Aunque el Secretario-dono estaba acostumbrado a recibir incontables malentendidos y cargos falsos, ni una sola vez un caballero lo había amenazado con su espada. Por consiguiente, desconocía qué tanto daño recibiría el corazón de cristal del Secretario-dono.
Por suerte, mientras le explicaba desesperadamente que todos los rumores sobre Secretario-dono no eran más que rumores falsos y malentendidos; y que, al contrario de lo que se creía, que el reino caería en la ruina si no estuviera con nosotros. El caballero, Zen Hélix, lo entendió y su rostro poco a poco fue perdiendo el color hasta quedar pálido. Por consiguiente, una vez que se percató de su propio error, llegamos a la situación actual, en la cual se estaba disculpando con el Secretario-dono.
—¡Lo siento muchísimo! ¡¡Comprendo que esta transgresión no puede ser perdonada solo con una disculpa, por favor siéntase libre de darme cualquier castigo que el Secretario-dono considere apropiado!!
—Secretario-dono… Ya lo escuchó, ¿qué deberíamos hacer?
Aunque solo terminó en un atentado, ya había apuntado su espada contra un Duque, un Secretario. En el peor escenario podría ser decapitado por traición. Al menos, estoy seguro que sería encarcelado y expulsado de la Orden de Caballeros.
A pesar de eso, la respuesta de Secretario-dono fue pues… justo como lo había supuesto.
—Bueno, ya se ha disculpado. No veo la necesidad de seguir castigándolo, ¿verdad?
Por lo visto no recibió ni un poco de daño ahora que el malentendido se resolvió… Mejor dicho, me parece que está de buen humor, hasta dijo que no era necesario ningún castigo.
Este Secretario-dono, cómo debería decirlo, a pesar de la apariencia de su cara, en realidad no es partidario de cosas como castigos, decapitaciones o encarcelamientos. Quizá debido a eso es muy tolerante con los actitudes descorteses que recibe.
Además, si insisto en castigarlo aun cuando el Secretario-dono ya dijo que no, solo lo preocuparía y eso podría afectar la administración de las finanzas. Por eso no tengo otra elección más que aceptar su juicio, aunque se trata de algo muy blando hacia los perpetradores.
Personalmente hay muchas personas que quisiera castigar… En especial a las tropas encargadas de patrullar… Comprendo que tienen la orden de «No ser compasivos hacia cualquier persona sospechosa», pero preferiría que crearan problemas cerca del Palacio Real. Aunque me gustaría que no crearan problemas para empezar… Aun así deseo que me ahorren la carrera maratónica hasta el borde de las murallas.
Quizá debería hablar con el líder de los caballeros sobre Secretario-dono… Después de todo también cabe la posibilidad que los nuevos reclutas no estén al tanto sobre esto.
Sin mencionar a Su Majestad. Si ese cabrón no fuera el Emperador del reino, hace mucho tiempo lo hubiera lanzado a prisión. Siempre dice en voz alta que la cara del Secretario-dono da miedo. Algún día sin duda le daré una golpiza. Será mejor que te prepares, ¡te golpearé tanto que ni siquiera podrás masticar carne con tu muela del juicio!
—¡Qué, qué!… ¡¿Dice que me perdonara, Ractos-sama?! ¡¿A pesar de que le hice algo tan descortés?!
La voz de sorpresa de Zen Hélix me trajo de regreso a la realidad, ya estaba totalmente preparado para aceptar cualquier tipo de castigo, ¿eh? Oooh, no es bueno distraerme de esta forma… Mucho menos pensando en una cosa como el Emperador.
Tras escuchar eso, Secretario-dono comenzó a proclamar:
—Los humanos son seres que siempre cometen errores. Te diste cuenta de tu propio error y has buscado expiarte conmigo… Me dolería en el alma tener que castigar a una persona como tú… Además todo comenzó porque mi cara es tenebrosa. ¡Sin mencionar que soy alguien que no le da importancia a las descortesías! Fufufu…
Un Secretario-dono parlanchín hablando de una forma que no puede ser malentendida… Espera, ¿qué te paso, Secretario-dono? ¿Comiste algo extraño? ¿Acaso el pescado crudo tiene este tipo de efecto en los humanos? Incluso declaraste algo que sonaba un poco masoquista…
¿Uum?… Secretario-dono… ¿acaso está ebrio?
—No estoy nada ebrio.
Todos los ebrios dicen algo como eso, sabes.
Así que eso era. Cuando creí que habías hablado más de lo normal, era porque habías tomado un poco de alcohol, eh. El Secretario-dono cuando está ebrio es parlanchín. Por consiguiente, su forma de hablar cambia de las palabras usuales que llevan a malentendidos a palabras adecuados que no pueden malinterpretarse.
Si todo el tiempo hablara de esta forma aligeraría la carga sobre mis piernas y estomago… Quizá, ¿sería una buena idea que bebiera licor en lugar de agua?… No, sería malo si tuviera una reseca de dos días por culpa de eso.
Sin mencionar que la condición actual de Secretario-dono es bastante problemática a su manera.
—¡Oooh!… ¡Qué gran corazón tiene, Duque Ractos-sama! ¡Alguien con la capacidad de ser una gran persona como usted no es inferior a Su Majestad!… ¡Siento lástima por mí mismo, que se ha dejado manipular por la apariencia y los rumores!… ¡¡Aun así, poder conocer a una persona como usted, qué dichoso soy!!
Quizá porque existe una diferencia entre la personalidad del Secretario-dono y su apariencia… Así como hace un momento, provoca que uno sienta una excesiva cantidad de respeto hacia él. Con mala suerte incluso podría superar el respeto que tiene esa persona por Su Majestad. Este caballero también es así. Incluso lloró por eso y toda la cosa…
Luego de eso, Secretario-dono, que se siente complacido por las palabras de Zen Hélix, le ofreció un poco de la comida extranjera del restaurante “Media Luna”. Al principio Zen Hélix metió tímidamente el sashimi en su boca, pero parece que el sabor se ajustó a su paladar y ahora movía los palillos de madera con emoción. Después, sin perder esta oportunidad Jake-kun también le recomendó un licor de otro país. De igual forma fue altamente elogiado por Zen Hélix.
Como ya había terminado con mi trabajo, decidí unirme a ellos.
—¡Aah, qué grandes personas son Grid-sama y Jake-sama! ¡No solo me perdonaron por haber sido tan grosero con ellos, incluso me presentaron esta comida asombrosa de otro país, el sashimi y el ginjo!… Tal vez esas personas… No. Sin duda alguna son santos… ¡¡Por supuesto que son los mensajeros de dios!!
En el camino de regreso del restaurante “Media Luna”, Zen Hélix alabó a esos dos mientras derramaba lágrimas. Por lo visto ese par ya ascendió a un rango divino en su mente, me pregunto si esto provocara algún problema… Me siento un poco preocupado.
—Ahora que lo pienso, ¿quién te dijo que estaban planeando algo contra el Reino? No creo que hubieras actuado de esta forma si solo estuviera basado en algún rumor. Además pienso que eres capaz de juzgar que el rumor poseía cero credibilidades, sin mencionar que no es algo que hubiera ordenado el Líder de los Caballeros.
Cuando recordé de súbito ese tema, le pregunté de donde había obtenido esa información. La respuesta que salió de sus labios fue algo que me provocó dolor de cabeza…
—Aah… Lo escuché del príncipe Alto. Dijo algo sobre un asesinato o una especie de poción mágica… Aunque no estoy en posición de decirlo ya que también lo creí pero, ¿cómo habrá llegado a esa conclusión?… A pesar de que son tan buenas personas.
Ese maldito Emperador. ¡¡Así que todavía no le ha explicado ni una maldita cosa a Su Alteza, eh!!
«Yo se lo explicaré a mis hijos. De esa forma seguramente se les hará más fácil entender, ¿cierto?» ¡Aun cuando dijo eso!
Pensándolo bien, ¡¡la expresión que tenía el segundo príncipe cuando hablaba con el Secretario-dono no era una de sorpresa por haberse dado cuenta de algo!! La actitud del segundo príncipe hacia el Secretario-dono luego de eso fue una normal, ¡por eso ni siquiera yo me di cuenta! ¡Entonces, ¿te percataste sin ayuda de nadie?! ¡¡Qué chico tan bueno eres segundo príncipe!!
¡A la mierda la falta de respeto! ¡Ese maldito Emperador!…
¡Demandaré una explicación cuando regrese!
¡¡Será mejor que te prepares!!
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Como se habrán dado cuenta la Casa Ractos ha resurgido de entre las cenizas de los proyectos en pausa, Rebirth Online retomo la traducción desde hace algunos meses y después de conseguir su permiso yo hice lo mismo. Así que tendrán más capítulos de los divertidos malentendidos de la Casa Ractos y por si fuera poco, aprovechando Halloween y el Día de Muertos, habrá maratón de capítulos de ellos (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧
Gracias por retomarlo, lo esperaba con ansias.
No cabe duda, sin importar que el jefe sea el rey, a todos en algún momento nos da ganas de ahorcarlo.
Quedare a la espera de el maratón… Yeahhhh!!!
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Se vienen capítulos muy divertidos, así que valdrá la pena la espera
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Jajajjaa ya decía yo que el segundo príncipe sería un mejor rey
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Es el más sensato de la familia… Seguramente se parece a su madre, porque su padre está igual que el primer príncipe XD
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