Familia Ractos c18

Capítulo 18: Tiempo de calidad entre padre e hijo ~Parte 4~

Luego de tranquilizarme, papá y yo aplacamos nuestra hambre de probar un plantillo exótico con unas brochetas de carne. Acto seguido, nos encontramos frente al restaurante “Media Luna”. El letrero estaba hecho de madera de un país extranjero y el nombre se encontraba escrito tanto en el idioma de nuestro continente como del que provenía el dueño.

—Pues bien, hay que apresurarnos a entrar —dijo papá.

Mi padre esperaba con ansías el sashimi y ginjo, a pesar de que, hace solo un momento comió un par de brochetas de carne. Mi estómago se encontraba bastante abultado, ¿sabes?

Abriendo la puerta deslizante… Papá pasó por debajo de un trozo de tela, conocido como “Noren”. Por cierto, me pregunto si hay algún tipo de significado para la tela.

En el interior de la tienda, a pesar de ser la hora del almuerzo, la cantidad de clientes era escasa. Aquellos pocos comensales que estaban allí, miraron a papá a la cara y por un momento parecieron un poco sorprendidos; solo para después desviar rápidamente la mirada. No daban la impresión de haberse asustado. Como papá frecuentaba el restaurante muy seguido y dado que en varias ocasiones lo habían visto disfrutar de los servicios de aquí, al parecer no era malentendido por ninguno de los clientes regulares. Bueno~, aun así, todavía está el hecho de que tiene una cara que da miedo, así que se sorprenden de esa forma de vez en cuando.

—Esa cosa que acaba de llegar hoy, hemos venido por un poco, Jefe —dije.

—…Um, tomen asiento y esperen. Lo prepararé —respondió el Jefe.

Luego de que hablé con el Jefe, me senté en la silla frente a la de papá. El jefe de “Media Luna” se podría decir que es de la misma clase que papá; después de todo, no importa como lo vieras, nunca sería un rostro que encontrarías en un trabajo honesto. Ese cuerpo ejercitado y las incontables cicatrices que podías ver, no eran algo que solías encontrar en un cocinero.

Cuando sujetaba un cuchillo de cocina, daba la impresión de ser un asesino.

Por supuesto, la verdad es que, solo era un cocinero habilidoso. Esas cicatrices las consiguió durante su entrenamiento, o eso escuché. Como ambos tenían cosas en común, los dos se entendían entre sí. Papá y él se encontraban en muy buenos términos… A pesar de que habían abierto sus corazones, ya que ambos rara vez hablaban, viéndolo desde el punto de vista de una tercera persona, parecería una situación peligrosa.

—Yo… primero quiero lo de siempre antes de lo otro. ¿Puedo, Jefe? —dijo papá.

—Entendido… —respondió el Jefe.

Los labios de papá se elevaron hasta formar una sonrisilla cuando le preguntó al Jefe. De igual forma, el Jefe sonrió de su propia forma y mostró sus afilados dientes. ¡Uwaah, qué miedo! Como no estaba acostumbrado a eso, tal vez me pareció más tenebroso que la de papá.

—Nfu… Nfufu

Papá rió de felicidad.

Corrección, como esperaba, el rostro de papá da más miedo… Ahora lo entiendo, esta es una de esas cosas que no debes poner en palabras. Lo entiendo perfectamente.

—Gracias, por, esperar…

Un mesero trajo el ginjo para papá. ¿Me pregunto cómo llamaran a un mesero en el otro país? Como sea, él, quien nos entregó el ginjo, es el hijo del Jefe y de hecho es uno de mis amigos. Poseía el mismo tono de piel oscura particular de ese país extranjero como su padre; tenía un gran frente con ojos afilados y su cuerpo también ostentaba muchas cicatrices. Además, desde la nariz hacia abajo, había una tela que cubría su boca.

—Sigues igual que siempre, ¿eh~ Yuuga-kun? Aunque creo que sería mejor si te quitaras esa tela mientras sirves a un cliente, ¿sabes? —dije.

—No. Esto importante —contestó Yuuga.

Era una persona extremadamente tímida. Incluso conmigo, todavía no quería quitarse esa tela sobre su rostro. De hecho, incluso deseaba cubrir la zona alrededor de sus ojos; pero, la última vez que trató eso, su vista se volvió tan oscura que se cayó por las escaleras. Sip, contrario a su apariencia, en realidad es torpe. Las cicatrices en su cuerpo son el resultado de accidentes similares.

—Kishishishi…

—Uum, Jake, pensando algo grosero, risa.

Recordando sus actos torpes, me reí disimuladamente, su ceño fruncido indicaba lo molesto que le parecía eso. También él daba miedo, aunque no al grado de papá y el Jefe.

Ah, cierto, Yuuga-kun todavía no podía hablar con fluidez en nuestro idioma; así que la forma en la que hablaba era un poco rígida. Aunado a su mirada feroz, era temido en el vecindario. Debido a esos eventos, además de la conexión entre papá y el Jefe, nosotros seríamos lo que se conoce como “tela del mismo costal”. Aunque dije eso, no había muchas ocasiones donde saliéramos juntos.

Después de todo, sin duda alguna seríamos arrestados…

—Listo…

Sin decir más que una palabra, el Jefe sirvió el sashimi, alineándolo en nuestra mesa.

—¡Ooh!… ¡Esto, esto es! Nfufu… ¡Siempre que tenga esto, seré capaz de luchar sin importar el lugar donde me encuentre!…

Papá que ya había dado sorbos al ginjo se encontraba de muy buen humor. Extendió la mano hacia el sashimi que acababan de traer y cuando estaba a punto de llevarlo hasta su boca…

—¡¡Deténganse justo ahí!!

De repente, un hombre vestido como un caballero y portando una armadura ligera entró a la tienda.

¿Eh? ¿Qué? ¿Sucedió algo?

—Tengo información de que hay un negocio ilegal sucediendo aquí. ¡Qué nadie se mueva de su asiento!

¡¿Negocio ilegal?!

…Bueno, es verdad que para algo así, un establecimiento ubicado en un callejón como este, era el lugar perfecto para hacerlo. Aah, estoy abatido. Parece que terminamos involucrados en un evento problemático.

A medida que el caballero hablaba y caminaba, su voz resonaba con las piezas de metal golpeándose entre, ellas… ¿Eh? ¿No se está acercando a nuestra mesa?

—¡Ya he tomado control de este lugar, no podrán seguir saliéndose con las suyas, GRID RACTOS! ¡JAKE RACTOS!

¡¿Él?! ¡¿Nosotros?!

¡¿Desde cuándo es ilegal comer pescado crudo?!

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