Hokuou Kizoku to Moukinzuma no Yukiguni Karigurashi c2

Una diculpa por la tardanza, la verdad es que se me olvidó programar la entrada y apenas acabo de darme cuenta de ellos. Upsy-daisy. En fin, le straigo el capítulo dos de esta nueva serie.


Capítulo 02: Interrogatorio e Informe de Situación

Salimos del resplandeciente salón y caminamos por un oscuro pasillo durante un rato. De acuerdo a la Águila Carmesí-sama a ciertos invitados se les asignaron habitaciones privadas.

Sieglinde confiadamente avanzó a zancadas a través del pasillo con pasos sigilosos. Creí que era muy alta, pero al parecer usaba botas con tacón. Miré con admiración cómo podía caminar con tanta rapidez a pesar de esos zapatos incomodos. La distancia aumentó mientras no prestaba atención, así que reanudé mi ritmo.

Luego de vagar por un rato, llegué a la habitación de Sieglinde. Ella misma abrió la puerta y entramos. Terminé sorprendiéndome tras ver el cuarto sin ningún sirviente.

Aunque Sieglinde sea una aterradora soldado; sigue siendo la preciada hija de un noble, de modo que le pregunté si le parecía bien; pero ella solo se rió.

—¿Dije algo gracioso?

—No, es solo que los hombres nunca se han preocupado por mí. Por favor, no le des importancia.

Ya que ella lo dijo, me disculpé.

La débil luz de la luna iluminaba la habitación. Por alguna razón, me sentí un poco inquieto, así que encendí una vela sobre la mesa.

—¿Alcohol?

—No, gracias.

Luego de sentarme, me ofreció alcohol pero lo rechacé. No soy muy bueno bebiendo y quien sabe que podría hacer si me embriago.

Sin importarle mi elección, Sieglinde se sirvió algo para ella y sació su sed.

Me sentí un poco más tranquilo al haber alcohol involucrado, debido a que sugería que esto no era un interrogatorio severo.

—Sobre lo que dijiste antes.

—¡!

Mientras miraba sus piernas, a sus grandes muslos, ella formuló una pregunta de la nada así que terminé sobresaltándome. Cuando levanté la mirada, mis ojos se encontraron con los de ella.

—¿Por qué comentaste que querías casarte conmigo?

—P-pues.

Su mirada era sagaz, como si censurara a un criminal.

Entonces, se trataba de un interrogatorio después de todo… Gotas de sudor se formaron en mi frente.

—Cómo puedes ver, mi apariencia está lejos de verse femenina. Además, no conozco la etiqueta que las esposas de los nobles deben tener.

Ciertamente, sus hombros eran anchos y fuertes para una mujer. También era alta, de modo que era difícil definir su género a primera vista.

No obstante, a decir verdad no puedo explicar por qué me sentí atraído hacia ella de inmediato. Sé cómo se llama este sentimiento, pero es muy vergonzoso decirlo en voz alta.

Por encima de eso, ni siquiera consideré la aristocracia de aquí. Ya que nuestros ciudadanos son una raza de personas que cazan en un medio ambiente inhóspito. Sobrevivir es mucho más importante, no nos podemos dar el lujo de ser elegantes.

—Sin mencionar que no soy joven.

—¿?

—…Mamá dio a luz a diez niños y comenzó desde los dieciocho años.

¿Cuál es la relación entre la edad y tener muchos hermanos?

—Considerando mi edad, no podría tener tantos hijos.

—¡!
—¿Qué?

—No, no es necesario que tengas tantos. Incluso con un niño, la aldea tendría un ambiente festivo.

Sieglinde dijo que era la menor de diez hermanos. Puesto que se crio en una familia de soldados, no recibió ninguna educación para ser una mujer noble.

Qué difícil es ser una mujer de la nobleza. Son despreciadas si no se han casado a la edad de veinte.

Por una mirada rápida, al principio creí que tendría más o menos mi edad o un poco más joven. Por supuesto, en la alta sociedad, donde se espera que las mujeres contraigan matrimonio, no es tan joven para una mujer soltera.

—Por favor, no le des importancia a la edad.

—Tengo 31.

—Eh.

—Cumplí treinta y un años el mes pasado.

—…

…Lo siento, soy más joven.

Jamás pensé que estuviera en sus treinta. Al verme así, respiró profundamente.

—Fin de la historia, ¿verdad? —preguntó luego de terminarse su copa de vino.

—¡!

Entré en sí con el repiqueo de la copa sobre la mesa.

—Pero, yo, también, tengo una historia.

—¿?

Sus ojos grises se abrieron con sorpresa.

Todas las mujeres que había traído hasta ahora, rompieron el compromiso cuando las llevé a mi tierra natal sin decirles nada sobre ella.

En esta ocasión, decidí explicarlo de antemano; de modo que empecé a expresarlo por cuenta propia.

—Nuestra gente vive una vida a base de la caza y productos hechos a mano.

Al vivir cerca de las regiones árticas, nuestro pueblo lleva una vida en coexistencia con la naturaleza y los renos.

Durante la primavera, recogemos flores para usarlas como especias o colorantes y fabricamos productos lácteos de los renos durante su periodo de gestación. En el verano, recolectamos una gran cantidad de bayas del bosque. En otoño, reunimos setas de las colinas, cazamos animales salvajes e incluso pescamos salmón. En invierno, cazamos animales por su pelaje y los almacenamos en los fríos sótanos.

Cualquier otra cosa que nos falte, la compramos de los mercaderes y vendemos artesanías tradicionales para conseguir dinero.

Hace mucho tiempo, deambulábamos como nómadas junto a los renos, pero unos cuantos siglos atrás fuimos conducidos a nuestro territorio actual y nos asentamos allí.

Una vez que nos convertimos en personas sedentarias, los renos se volvieron ganado y viven en áreas cercadas.

La primavera pasa rápido, mientras que en verano un extraño fenómeno conocido como el Sol de Medianoche ocurre, en el cual el sol nunca se oculta durante todo el día.

El otoño prácticamente es inexistente. Las hermosas hojas otoñales apenas caen sobre nieve blanca. Durante el invierno, solo respirar te hace sentir como si tus pulmones se congelaran y el viento es incluso doloroso. Luego, dos meses a partir de allí está el periodo de la Noche Polar, en el cual nunca sale el sol.

—Bueno… es un lugar así.

—…

También añadí que la tasa de nacimiento es baja debido a la reiterada endogamia[1].

—Hay mayor probabilidad de que no nazcan niños. La culpa es toda nuestra.

—Con, que, así, es.

Además, le comenté sobre los animales en los bosques: osos y zorros, conejos y ciervos, inclusive lobos. Algunos de ellos tienen un lindo pelaje blanco. Sin embargo, le advertí que, al ser criaturas que viven bajo condiciones extremas, son muy feroces. En especial, cuando nos encontramos con osos, tenemos que estar preparados para la muerte. No es fácil vivir en el país de la nieve.

No puedo simplemente decirle «Ven conmigo» a la ligera.

Aunque fui yo quien explicó el lugar, terminé sintiéndome deprimido. No me extraña que las damas que llevé no les gustaran el lugar.

En el peor caso, dónde no pueda tener hijos, estoy planeando conceder mi posición como el Lord a una persona sabia en la aldea. Ya que todos tenemos una especie de parentesco gracias a toda la endogamia, no estoy muy preocupado por el problema de un heredero.

No obstante, estoy solo.

Mis padres huyeron de casa como si dijeran «¡En verdad estamos viviendo aquí!». Después enviaron a unas personas que conocieron durante su viaje a mi territorio.

Actualmente, vivo con una familia de una raza guerrera de tierras lejanas. Desconozco de dónde son; pero, tomando en cuenta que todavía no nos podemos comunicar bien, no podía preguntarles.

No, en realidad no importa quienes eran.

Simplemente me siento solo. El punto es que quiero una familia.

—Algunas veces me pregunto por qué trabajo todos los días, por qué vivo. Bueno, sería más fácil decir que es por mí mismo, pero todo es en vano.

Como un Lord, puedo escuchar las quejas de las personas; pero, todos llevan una vida ocupada así que uno solo puede confiar y apoyarse en su propia familia.

—…Entiendo tus circunstancias.

—…

—Te acompañaré si te parece bien.

—¡¿Eh?!

Sorprendentemente, Sieglinde vendrá a las tierras fronterizas.

—¿E-en serio?

—¿Acaso parece que te estoy mintiendo?

—¿Por qué?

—Es conveniente para mí, lo admito.

Ella también tiene sus pormenores.

Sieglinde Von Wattin se enlistó en la armada cuando tenía trece años. De tal forma, juró lealtad al monarca y se lanzó a la guerra como le dijeron; sin embargo, ahora que había paz, las personas sugirieron que debía casarse y la enviaron al baile.

—No sabía cómo debía vivir de ahora en adelante… Mi inútil dignidad no me permitiría simplemente vivir en paz dependiendo de mi esposo.

—…

—Sin embargo, si es en tu país, creo que puedo encontrar un nuevo yo.

Estaba emocionado por este repentino desarrollo; pero, luego Sieglinde impuso una condición.

—Tengo una petición.

—¿Sí?

—Me gustaría que fuéramos marido y mujer temporalmente por un año.

—¿A qué te refieres?…

—Quiero vivir juntos por un año, entonces, si no estás en contra, me convertiría en tu esposa oficial.

—¿Por qué sugerirías eso?

—Tengo que organizar mis ideas. Estoy segura que lo mismo se aplica a ti. También podría haber ciertos aspectos que solo veamos una vez que vivamos juntos. Solo después de que conozcamos todos los altibajos de cada uno, ¿no podríamos llamarnos marido y mujer?

—…Eso es…cierto.

De modo que, por último, acepté su condición.

Estoy agradecido de que venga a la frontera. Además, mencionó que pospondríamos hacer niños, así que seré paciente.

De esa forma, intercambiamos nuestra promesa y, ya que Sieglinde extendió su mano, yo también hice lo mismo y tomé su mano.

Debido a que fue un poco más contundente de lo que pensé, me salieron lágrimas de los ojos, pero lo tomaré como si fueran lágrimas de alegría.

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[1] N. de la T. Endogamia: matrimonio entre las personas de un mismo clan o comunidad.

Además, los dejó con unas imágenes, creo que es el arte conceptual. Izquierda Ritz y a la derecha Sieg.

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